MI
APRENDIZAJE A LO LARGO DEL CURSO
Os voy a
contar una historia real, una experiencia nueva de mi vida.
A los 56
años de edad y siendo profesora de formación profesional de cocina y
gastronomía de 2º curso de grado medio, en el que cuento con un grupo de alumnos
bastante heterogéneo, todos mayores de edad, jóvenes adolescentes, padres y
madres de familia, con distintas culturas, comencé este curso con mi
presentación “si fuera”, en la que de
nuevo empezaría si…pues la vida está deconstruida como un plato de cocina
creativa, caótico, desordenado, por todas las injusticias y como no…. en la
alimentación, donde existen tantas adulteraciones de los productos, pero a
largo de esta experiencia tan enriquecedora, he ido adquiriendo unos
conocimientos secuenciados en el tiempo que me han hecho reflexionar para no
empezar de nuevo , sino recapacitar , aprender de los errores y rectificar los
hechos.
La
alimentación una necesidad vital y con valor cultural en la que debemos educar
el paladar con tiempo y con amor. En mis clases de cocina y sin ser consciente
de ello, he ido educando a mis alumnos y transmitiéndoles ese valor de la
educación del Gusto. Han conocido nuevos alimentos, sabores, texturas, cómo respetar los colores
y los nutrientes de los géneros tratándolos con técnicas adecuadas. Así podemos
observar en este ejemplo de creación propia, el tratamiento que le hemos dado a
una hojas de espinacas frescas por el que resalta su color natural del pigmento
clorofílico que embellece al sencillo
bacalao, invitando a su consumo.
Debo decir que, sin saberlo, estaba necesitando este curso para complementar mi pasión por transmitir lo que más me motiva en esta vida “La cocina”, conocer los alimentos, su aporte nutritivo, cómo distribuirlos en nuestra dieta diaria, en función de nuestro tipo de vida, para que sea equilibrada, cómo preparar platos con menos calorías y conseguir que sean más saludables, cómo aprovechar y regenerar los géneros o restos de elaboraciones. Saber la composición de los productos alimenticios envasados mediante las etiquetas y poder decidir con cuál te quedas e incluso saber qué podemos comer gracias a la información sobre los alérgenos e incluso en la restauración colectiva.
Educar
significa dar ejemplo y como labor nuestra como docentes, debemos transmitir
esta experiencia tan enriquecedora y tan instructiva en nuestros procesos de
enseñanza y aprendizaje, para que nuestro alumnado sea consciente de que llevar
una alimentación y nutrición saludable será la mejor nota obtenida en su vida.
